Idos.

¿No es ya la realidad suficientemente real? Guerras, odio, intolerancia; envidias, competitividad, violencia.

Ruido, ruido, ruido.

 

De eso escapo cuando leo un libro. De eso intento zafarme cuando me encuentro escribiendo uno.

De eso debería escapar cuando entro en contacto con gente a la que le gustan los libros.

 

Uno se dedica a la ficción especulativa intentando imaginar otros mundos posibles. ¿Por qué sigue siendo tan asquerosamente real este mundillo del que formamos parte? Envidias, competitividad, violencia. ¿Por qué algunos de vosotros seguís empeñados en traer lo peor que existe ahí fuera?

 

Uno lee libros. Uno escribe libros. Uno se relaciona con gente afín intentando olvidar, ni que sea por un momento, todos esos vicios. Pero los fantasmas le persiguen siempre. Ego, ego, ego. Ruido, ruido, ruido.

Ya hay la suficiente dosis de humanidad ahí fuera para que traigáis vuestra agresividad, enfrentando, malmetiendo. Para que os enfrasquéis en batallitas dignas de una panda de niños. Salvo que a ellos, a diferencia de vosotros, todavía se les puede achacar la inexperiencia, la inocencia.

 

De inocentes no tenéis nada. Y sin embargo os habéis quedado con lo peor de un niño de teta: el «yo, yo, yo», el «mí, mí, mí». La pataleta cuando os llevan la contraria. La incapacidad de comprender los grises.

 

Son muchas las razones para dedicarse al mundo de los libros, pero ninguna de ellas debería ser paliar las carencias de vuestro carácter. Para eso hay psicólogos y terapeutas.

 

Dejad lo malo a un lado, y sobre todo dejadnos en paz. Nosotros hemos venido por los libros, no por el ruido, ruido, ruido.

 

De lo contrario, idos. La verdad es que aquí no hacéis ninguna falta.

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Autor: vicblanco

Escritor de Fantasía, barbudo, hombre ola.

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